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Condilomas



Tratamiento de Condilomas en Guadalajara


Los condilomas acuminados o verrugas ano-genitales son ocasionados por los virus del papiloma de bajo riesgo oncogénico, del 90 al 95% de los casos por los tipos 6 y 11, otros genotipos implicados con menor frecuencia son: 8, 13, 30, 32, 42, 43, 44, 54, 55 y 70. Hasta el 20-30% de los casos presentan coinfección por tipos de VPH de alto riesgo. Los condilomas se transmiten mediante el contacto genital directo, de piel o mucosas, con una pareja que tenga la infección, a través de pequeños cortes que ocurren durante la relación sexual. La principal vía de transmisión es el coito vaginal o anal. El sexo anal receptivo ha mostrado estar estrechamente asociado al desarrollo de condilomas en el canal anal en varones homosexuales y bisexuales, y en menor medida en mujeres. Algunos casos de lesiones perianales pueden producirse por el contagio de virus a través de las secreciones genitales y no por sexo anal, tanto en hombres como mujeres.

En la mayoría de los pacientes el único síntoma es la presencia de las lesiones verrucosas, pero algunos casos pueden presentar dolor, sangrado o comezón, y también síntomas psicosociales como vergüenza, ansiedad o disfunción sexual afectando negativamente la calidad de vida de estos pacientes. Los condilomas acuminados se caracterizan por una tasa de transmisibilidad del 65%. El periodo de incubación oscila entre 3 semanas y 8 meses, y el promedio de aparición de las lesiones tras la infección es de 2 meses. Aunque es posible la infección oral y digital de tipos de VPH genitales, el riesgo de transmisión por contacto digital-genital u oral-genital parece ser mínimo.

Los principales factores de riesgo para adquirir la infección por VPH son el número elevado de parejas sexuales o la edad temprana del primer coito. Otros factores descritos son el consumo de tabaco, la coexistencia de otras enfermedades de transmisión sexual, no usar preservativo, el bajo nivel educativo y los contactos sexuales con varones no circuncidados.

Se considera que cada año hay 200 casos nuevos de condilomatosis por 100 mil habitantes, con una incidencia máxima de los 20 a los 29 años de edad. Se observó una reducción significativa en los países que implementaron programas de vacunación de manera generalizada con la vacuna tetravalente contra el VPH (Gardasil).

Después de infectarse con el VPH, los condilomas pueden aparecer en un lapso de 3 semanas a 8 meses, aunque en algunas personas puede ser mayor este periodo. Sin tratamiento pueden desaparecer espontáneamente hasta el 37% de los casos en un plazo de 20 semanas, y el resto va a permanecer sin cambios o aumentar en cantidad y tamaño. Los estados de inmunosupresión como el VIH y otros, favorecen la progresión de los condilomas.

Los síntomas de los condilomas van a depender de la localización, la cantidad y el tamaño. En el cérvix y la vagina suelen ser asintomáticos y rara vez causan dolor, ardor, comezón o sangrado, en la vulva y el ano cuando son numerosos o de gran tamaño el malestar puede ser muy importante y causar dificultad y molestia para la higiene y las relaciones sexuales. En cuanto a la afectación del estado psicológico son frecuentes la baja autoestima, preocupación, vergüenza y daño en la esfera sexual.

Los condilomas tienen una presentación muy variable, lo más habitual es encontrar cantidades de 10 a 20 lesiones, pudiendo llegar hasta 100 o 200 y aparecen de forma aislada o juntas formando placas. El tamaño promedio es entre 3 a 10 mm, pero pueden alcanzar 2 o 3 cm y en algunos casos hasta los 10 cm. Su aspecto es de lesiones sobre elevadas, con una superficie irregular espiculada similar a crestas o lisa y redondeada cuando son pequeñas y en pocas ocasiones tienen un aspecto carnoso, especialmente en periano. La coloración puede ser rosada o blanquecina en las mucosas como vagina, glande, prepucio, uretra, ano y boca, y en la piel tienden a ser del color de la misma o más oscuras.

Con frecuencia son multicéntricas o sea que afectan varias zonas. El área más afectada en las mujeres es en los labios mayores y el pubis, con menor frecuencia la zona perianal, la vagina, el cérvix y la uretra. En hombres es en el pubis y el cuerpo del pene, y menos frecuente en el glande, prepucio y uretra. En la mucosa anal solo aparecen cuando hubo algún tipo de penetración anal. En la cavidad oral no son comunes los condilomas, aunque en nuestra clínica hemos tratado casos en la lengua, los labios, las encías y el paladar.

El diagnóstico diferencial de los condilomas debe hacerse con algunas estructuras anatómicas normales, tales como la papilomatosis vestibular, proliferaciones digitiformes de mucosa, o los restos del himen (carúnculas mirtiformes). También con otras lesiones de aspecto verrucoso como los gránulos de Fordyce, molusco contagioso, fibromas, queratosis seborreica, angioqueratomas, siringomas, hemorroides y verrugas comunes.

La prevención más eficaz para evitar la aparición de condilomas es por medio de la vacunación contra el VPH especialmente si se realiza antes de la exposición a los virus incluidos en la vacuna. La vacuna Gardasil incluye los tipos 6 y 11 que causan el 90% de todos los casos de condilomas. En un estudio que abarcaba toda la población de Suecia la efectividad de la vacuna en la prevención de los condilomas fue del 93%.

El tratamiento para los condilomas consiste en eliminar el tejido afectado, cortando, quemando o congelando las lesiones con procedimientos como el rayo láser, la electrocirugía y la criocirugía (congelamiento) o con medicamentos de aplicación directa que actúan como ácidos que queman de forma química el tejido. Estos últimos se aplican por varias semanas y van quemando poco a poco las verrugas liberando los virus, por lo que pueden diseminar la infección y podrían salir más lesiones, además de quemar más tejido del necesario y son eficaces solo en el 50% de los casos, generalmente en pacientes con pocas lesiones.

El rayo láser ha demostrado ser el mejor tratamiento para los condilomas ya que es una quemadura muy fina y precisa que vaporiza solo las lesiones y respeta el tejido sano, además tiene la cualidad de regenerar los tejidos, por lo que al haber un daño menor no ocasiona dolor y la recuperación es más rápida. La eficacia de la electrocirugía es similar al rayo láser pero no se regula igual que el láser y daña más tejido provocando más dolor y una recuperación más lenta y la criocirugía utilizada en dermatología, es menos efectiva y también congela más tejido del necesario, provocando mayor dolor.

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